Hacía 15 años o más que no pisaba una discoteca, así que el pasado sábado, en las Fiestas de Valladolid, pude comprobar en la PartyDance, el estado del arte del sonido discotequero actual. Sorprendente, en el buen sentido de la palabra. Unos sonidos sin melodía, tántricos, rítmicos. Un sonido envolvente, donde la voz ha desaparecido para dar paso a un derivado del antiguo Acid House de los 80 y del bacalao de los 90, pero más refinado, más articulado,... más abstracto. Eso sí, con muuucho subwooffer (que golpeaba físicamente el pecho).
Y en en escenario el DJ (antiguo pinchadiscos) y los bailarines, individualistas, con mucha sofisticación, mucha media, mucho tacón...mucha pluma.
Y en en escenario el DJ (antiguo pinchadiscos) y los bailarines, individualistas, con mucha sofisticación, mucha media, mucho tacón...mucha pluma.
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