* Dirección: Darren Aronofsky
* Mi valoración: 8 (sobre 10)
* Mi valoración: 8 (sobre 10)
Salí del cine impactado! Repensándola me gustó cada vez más. Muy analítica. Un perfecto estudio subjetivo del personaje, una estrecha adecuación de la forma (cámara, planos, ritmo, guión) con el fondo del asunto: la obsesión enfermiza por la perfección y sus demonios (lo de que sea en ballet es un pretexto contextual). La cámara está siempre tras el personaje, se pone nerviosa cuando lo está ella, ve cosas raras cuando ella las ve. El espectador, por tanto, ve a través de la mente del personaje por ello a veces creemos no entender la realidad ó no distinguir la ficción de la paranoia, como le pasa a ella. Es curioso ver este estilo sesentero de realización (próximo a "Repulsión" de Polansky) en estos días hollywoodianos del siglo XXI. Y qué decir de la buena variante del relato de El lago de los Cisnes para recrear esta nueva historia de dualidades internas. Una apuesta tan arriesgada como intensa. Natalie Portman, magistral.
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