Suena todo él a "setentero". Los hologramas y cardiograma futuristas del final nos dan muestra de lo que hay. Sirve para repasar la historia de España a través de sus personajes, la historia del último siglo (arte, ciencia, inventos, espectáculos) y sobre todo, el mundo del terror (Tren del miedo, pasaje terror, monstruos, torturas,...). Se me antoja todo un poco amontonado y con telaraña. No me gusta la organización de la visita actual: antes eran estancias y visitas independientes y ahora te obligan a ir en grupo y verlo todo. El precio 12 euros (caro). Lo más logrado de las últimas adquisiciones: Joda y Benedicto XVI. Lo más divertido: los espejos cóncavos de fuera.5 de septiembre de 2005
Museo de Cera (Madrid)
Suena todo él a "setentero". Los hologramas y cardiograma futuristas del final nos dan muestra de lo que hay. Sirve para repasar la historia de España a través de sus personajes, la historia del último siglo (arte, ciencia, inventos, espectáculos) y sobre todo, el mundo del terror (Tren del miedo, pasaje terror, monstruos, torturas,...). Se me antoja todo un poco amontonado y con telaraña. No me gusta la organización de la visita actual: antes eran estancias y visitas independientes y ahora te obligan a ir en grupo y verlo todo. El precio 12 euros (caro). Lo más logrado de las últimas adquisiciones: Joda y Benedicto XVI. Lo más divertido: los espejos cóncavos de fuera.
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2 comentarios:
Hemos realizado un visita al museo desde un centro de la comunidad de Madrid con personas con discapacidad inteléctual, y no nos ha gustado la atención, recibida por parte del personal, en sus formas fundamentalmente, también creemos que no está bien señalizado, la sala terror salimos sin verla y nadie nos informó al respecto. También nos resultó especialmente caro, lo encontramos muy masificado de personajes en el espacio de que disponen.
Hemos estado mi familia y yo este fin de semana en el museo de cera de Madrid y nos han tratado fatal, como si fueramos animales, no tienen educacion alguna cuando se dirigen a las personas, solamentepuedo salvar un empleado que se encontraba en la sala de multivision y es quien mejor nos atendio por los demas nadie se salva, menos el señor de la taquilla que no tiene ningun agrado, se quitan las ganas de volver a visitar el museo con tales empleados que no aprecian el que tienen un puesto de trabajo habiendo tantas personas que lo necestan.
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