* Dirección: Kim Ki-Duk
* Valoración (sobre 10): 7
Película coreana tan limpia y simple como talentosa. Ejemplo de cómo el buen cine tiene más de imágenes que de diálogos. Historia de soledades, de encuentro, de vida. Tras una original idea de arranque y desarrollo el ritmo se pierde un poco hacia la mitad para recuperarse con fuerza (de la mano del refortalecido protagonista) en la recta final. Una pregunta secundaria queda en el aire: ¿existe delito cuando no se hace daño a nadie?.
* Valoración (sobre 10): 7
Película coreana tan limpia y simple como talentosa. Ejemplo de cómo el buen cine tiene más de imágenes que de diálogos. Historia de soledades, de encuentro, de vida. Tras una original idea de arranque y desarrollo el ritmo se pierde un poco hacia la mitad para recuperarse con fuerza (de la mano del refortalecido protagonista) en la recta final. Una pregunta secundaria queda en el aire: ¿existe delito cuando no se hace daño a nadie?.
Hay instantes de todo tipo: dramáticos, cómicos, poéticos... y todo ello con una cadencia silenciosa pero para nada lenta. Muy visual.
En la vida, el encuentro con el "ángel de la guarda" no sólo insufla confianza y serenidad en quien lo encuentra, sino también fuerza y sentido al propio ángel.
La(s) casa(s) (la vida) no están ni medio llenas ni medio vacías: todo depende de la calidez y cariño con que se viva dentro.
1 comentario:
Aquí va mi opinión.
"A veces es difícil distinguir si lo que vivimos es realidad o sueño". Con esta frase termina esta película coreana en la que prima la imagen, los silencios, el cariño, el decir mucho con los ojos, con el cuerpo. Película deliciosa y encantadora.Y que demuestra que se puede contar una historia y transmitir sentimientos y sensaciones sin pronunciar palabras.
Valoración: 7
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