Siempre me ha llamado la atención este personaje, decisivo en la historia de occidente en 2 vertientes:
- Es la causante de que la lengua latina no llegase a Gran Bretaña en la expansión romana. Al casarse con Constancio, líder romano, la invasión de Britania se dispersó.
- Como madre, inculcó a su hijo Constantino, la expansión y oficialización del cristianismo en occidente. Como mujer "práctica", buscó la reliquia más obvia: la cruz del Gólgota.
El libro de Evelyn Waugh es un poco irregular y a veces falla en la traducción, pero sirve para conocer un poco a Helena (con buenas referencias a Helena de Troya). Los personajes aparecen un tanto agresivos: Constantino más bien parece un loco e iluminado al estilo de Nerón, la propia Helena a veces da tumbos en su personalidad y no explica bien cómo llegó a acoger el cristianismo imperante en la época. Me ha gustado la recta final del relato con el sueño del Judío Errante y la búsqueda de la cruz en el Jerusalem del siglo IV (bajo la perplejidad del obispo Macario, que es el que mejor me ha caído de todos)
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