
Si Bécquer estuvo sólo un día, pasar un fin de semana en Tudela (Navarra) es de lo más agradable. Descubrir la portada de la catedral por la noche, disfrutar de unas tapas en la plaza de San Jaime y el bullicio de la plaza de los Fueros, centro que articula toda la ciudad es una verdadera gozada. Monumentos tiene varios que ver que dan para una jornada: la gran catedral con sus diversas capillas, claustro y museo, la iglesia de la misteriosa Magdalena, la subida al Sagrado Corazón para ver unas estupendas vistas (tanto de la ciudad, como del Ebro como de la huerta de la Mejada) En el ángulo opuesto de la ciudad la torre Monreal (lástima que no estuviera abierta su cámara oscura) y el otro Corazón, esta vez en femenino.
