14 de abril de 2015

Gerardo Herrero - Arte y psicología


Cuando uno descubre el cine de Gerardo Herrero Pereda también tiene que descubrirse el sombrero ante su talento. Y es que los cortometrajes de Gerardo, a parte de la estupenda factura técnica y artística del resultado final, contienen una interioridad y un toque profundo que navega por los extraños recovecos de la psique humana. Me declaro fan. Analizando los cuatro cortometrajes que lleva realizados hasta el momento, se pueden destacar algunos axiomas y detalles que me han parecido sugerentes:
  • Guión siempre muy bien construido y con una estructura casi análoga en todas sus historias: una breve presentación de personaje principal y a los pocos instantes un punto de ruptura que deja noqueado al espectador. A partir de ahí, el desarrollo y el desenlace siempre juegan al ratón y al gato, teniendo unos finales que siempre invitan inevitablemente a la reflexión.
  • Uso de un montaje dialéctico que se remonta a Einsenstein y su "tercera idea", donde la propia yuxtaposición de imágenes y secuencias tiene su propio significado. Se ve más claramente en su cortometraje The Acrobat.
  • Idea de que el mal en un determinado contexto ambiental provoca una maldad o inquietud en las acciones interiores de los personajes. La avaricia en Del blanco al negro, la guerra en Picnic, los sueños de futuro en The Acrobat, la violencia (sociedad/adolescente) en Safari.
  • Uso de una voz en off (a veces un personaje, a veces un narrador) que en todo caso parece un demiurgo que habla al espectador directamente a su intelecto o a su alma.
  • Buen uso del subtitulado, a veces incluso, respetando al máximo el cuidado en la intromisión en la imagen, como es el caso de Picnic.
  • La música. La música de sus cortometrajes (incluso los más iniciados como Del blanco al negro) suponen el 30% de la emotividad (o mejor dicho, intranquilidad) que provocan al espectador. Música original bien elegida y bien impactante, con mucho grave con mucho obstinato.
  • Los créditos finales,  a veces intercalados con sonidos y voces de la propia acción (Del blanco al negro, Safari) y otras con música que invita a la reflexión (Picnic, The Acrobat). Además, pequeños gestos y detalles en las letras relativos a la acción (esas ondas en rojo en The Acrobat ó esos magistrales leves toques de sangre en los créditos de Safari).

2 comentarios:

Gerardo Herrero dijo...

Muy, muy certero José Luis! Gracias.

Noelia y José Manuel dijo...

Nos gustaron mucho los 4 cortos, aunque un poco pesimistas y crudos (el verlos uno detrás de otro, seguro que tiene su efecto "especial", naturalmente nunca pretendido). El primero, "Del blanco al negro", a pesar de las acusaciones de opera prima imperfecta, nos pareció efectivamente que tenía un aire a Hitchcock muy entrañable.