Por tu tesón, por De Tacones y Bolsos, por hacerme partícipe de tu mundo¡Por todo!
De todo un poco. Mi rincón personal para breves reflexiones y reseñas de temas diversos: sociedad, espectáculos, Internet y sobre todo cine y cortometrajes en pantalla grande (c)Licencia de uso También puedes acceder a mis otros blogs
El pasado sábado asistimos en el programa La Noria (Tele5) a una interesante batalla entre la voracidad y malicia periodística-televisiva y la humildad, bondad y simpatía de una inocente. Se trataba de Esther, una expulsada OT. Asistimos atónitos al despellejamiento dialéctico. La trataron a degüello, metiéndose con ella, humillándola, riéndose de ella incluso con mal gusto :"¿Aceptarías 50.000 euros de Interviu por enseñar tus tetillas?" ¡Qué fácil es atacar al débil! No obstante, ella respondió a todo con naturalidad, con inocencia, con humildad, con palabras sinceras, sin ninguna malicia, reconociendo sus errores y limitaciones (algo impensable en TV o política hoy en día),... Poco a poco empezó a darles una lección tal que al final tuvieron que callarse viendo que no les daba nigún juego morboso. En el test final (cantar trocitos de canciones) la volvieron a tratar como a un mono de feria, pero los que salieron como estúpidos y ridículos fueron ellos con las buenas y afinadas réplicas que hizo ella.
El cine lleno. La cara de nuestros amigos de la foto rebosante de felicidad por los ingresos a recoger. El público friki sonriente al escuchar a todo gas la trompetería de la fanfarria de Indiana Jones y traslucir en las primeras escenas las sombras chinescas el sombrero de Indi. Comienza el espectáculo. Se agradece volver a encontrar a los antiguos actores, el guión sigue un poco la pauta del Templo Maldito, pero 20 años después donde la bomba atómica y los fenómenos paranormales están más en boga pero con una estructura análoga. Quizá demasiado largas las persecuciones y exceso de acción para un Harrison Ford mayor, pero que no desentona. Me gustaron algunos guiños a la predecesoras (el Arca, el padre, el despacho,...). Los datos históricos a veces nos desbordan en una rapidez de explicaciones pero la acción, que a la postre es lo que interesa en la película, se sigue bien. El desenlace quiere tener una mezcla de Arca perdida y de Santo Grial. Final feliz, al más puro trauma Spielberg.