* Dirección: Lars von Trier
* Mi valoración (sobre 10): 8
* Mi valoración (sobre 10): 8
Satisfecho y agitado salí del cine. Melancolía no es una película, son dos. En la primera, Justine, en colores cálidos asistimos a la problemática social, familiar, diversa de los encuentros burgueses, de los actos familiares transgredidos, con toques a veces surrealistas, a veces duros, a veces enigmáticos en todas sus relaciones. En la segunda, Claire, en tonos azulados, nos adentramos en un cuarteto fílmico al más puro estilo Ingmar Bergman con la evolución de unos comportamientos, reacciones y actitudes ante el mayor de los problemas posibles: el fin del mundo. El lenguaje formal es el típico de Trier con saltos de eje, jumpcut, cámara en mano nerviosa, estupendo montaje y esta vez con tema musical: el preludio de Tristán e Isolda repetitivo y situado en instantes clave. También hay sitio para el misterio (¿qué pasaría en el puente?), la evolución de personajes ante distintos problemas y algunos de los más espectaculares fotogramas vistos últimamente.
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